En una sociedad tan inequitativa como lo era América latina en los tiempos de la colonia, difícilmente alguna persona hubiera podido defender la igualdad entre hombres y mujeres sin tener plena conciencia de lo que hacía; sin embargo, también es claro que esta tendencia a cuestionar las jerarquías entre los sexos nació mucho antes de que el feminismo adquiriera su nombre. Juana Inés de la Cruz, Francisca Josefa del Castillo, Úrsula Suárez y Escobar, Micaela Villegas o Micaela Bastidas Puyucahua, por solo citar algunos ejemplos, fueron mujeres latinoamericanas que en los siglos XVII y XVIII se pronunciaron públicamente a favor de la igualdad y, lo es aún más interesante, intentaron promover transformaciones sociales que se sostuvieran en el tiempo. Para ellas, acceder espacios laborales, discursivos o culturales que antes habían estado destinados exclusivamente a los varones no era la única meta. Cada una intentó cambiar, desde su estructura más básica, las relaciones entre hombres y mujeres. En otras palabras, todas fueron feministas sin saber que serían llamadas así alguna vez.

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